Una de las más imponentes catedrales del continente americano, dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, de planta arquitectónica basilical de cinco naves, es la catedral de la ciudad de los Ángeles, Puebla.
Conocido como San Nicolás de Bari, pues su cuerpo reposa en esta ciudad italiana, es un santo ampliamente conocido y venerado en todo el mundo cristiano. Es el Santo Patrono de Turquía, de Rusia y de Grecia. Nació en Turquía, y en Roma se le edificó una iglesia desde el año 550. San Metodio, obispo de Constantinopla, escribió su hagiografía y muchos santos, entre ellos Juan Crisóstomo, han escrito ampliamente sobre él. Además, el famoso y simpático Santa Claus, que se hace presente en el tiempo de Navidad, no es otro sino él mismo.
Gran santa que conoció personalmente a Jesús, conocida como La Discípula Fidelísima, es santa María Magdalena, quien en Francia, Italia, España y prácticamente en todo Europa goza de una gran devoción, pues no hay ciudad ni poblado en donde no se le haya erigido una basílica, una iglesia o alguna capilla. En México, lamentablemente no es así.
En aquellos tiempos en los que Jesús caminaba por nuestro mundo, las personas que padecían la lepra eran dolorosos retratos de la existencia humana, eran hombres prohibidos atrapados es sus propias llagas, hundidos en terrores, hijos de la muerte que se escondía detrás de sus ojos, individuos de risa olvidada, de invisible esperanza.
Los dos primeros discípulos de Jesús, Simón y Andrés, un par de hermanos pescadores del mar de Galilea, invitaron a Jesús a comer para que honrara su casa, y acordaron que fuese un sábado luego de alabar a Dios en la sinagoga de Cafarnaúm: “Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y le hablan de ella” (Mc 1,29-30).
Existe la creencia generalizada, aunque no es así, de que la Fe y la Ciencia se contraponen, cuando al contrario, se complementan. Es probable que esta falacia se haya extendido tras el juicio a Galileo Galilei o a partir de la persecución que la iglesia anglicana emprendió contra Charles Darwin por su teoría de la Evolución de las especies en la que propone como antecedente del hombre a un primate primitivo.
En los años de la Iglesia, son muchísimos los laicos, frailes, monjes, sacerdotes, obispos y pontífices del cristianismo que se han caracterizado por aportar grandes descubrimientos, teorías, postulados e inventos científicos, cosa que es muestra definitiva de que la Fe y la Ciencia, lejos de contraponerse se complementan mutuamente y no son motivo para que el creyente no sea científico ni para que un científico no sea creyente; pues el trabajo que surge de la ciencia, es resultante de la creación que encuentra su origen en Dios.
Se han cumplido 450 años de la fecha de una epopeya que constituyó la mayor batalla naval que la historia ha conocido. Fue el 7 de octubre de 1571 cuando el imperio otomano musulmán se enfrentó a la cristiandad occidental para, como el mismo emperador Solimán el Magnífico aseguró, convertir a la basílica de San Pedro, del Vaticano, en establo y caballerizas.
Los ángeles, seres espirituales creados por Dios con inteligencia, voluntad y sin cuerpo, son espíritus puros que, desde su naturaleza espiritual, son también personas, “creaturas personales e inmortales, que superan en perfección a todas las creaturas visibles”, como afirma el papa Pío XII; y que como personas que son, tienen la capacidad de establecer una relación personal con otras personas, ya sea de su misma naturaleza angélica; de naturaleza divina, como lo es Dios; de naturaleza humana, como nosotros; y con personas resucitadas, que son los santos.
Once años transcurrieron, hace ya dos siglos, entre el inicio de la lucha de Independencia, en 1810, y su concreción en 1821. Dos siglos después, en el año 2010 hubo celebraciones por el bicentenario de la Independencia, sin especificar que se celebraba su inicio; pero toda fecha se cumple, y es el 27 de septiembre de 2021 cuando debe celebrarse con entusiasmo y gratitud el bicentenario de la consumación de la independencia de la Corona española. Es ocasión de celebrar, particularmente por los muy nacionalistas, por los muy mexicanos.