Miércoles, 24 Abril 2024

Editoriales

La Virgen de Vladímir

La Virgen de Vladímir

El icono de la Virgen de Vladímir, o Vladimirskaya, encuentra su origen en Constantinopla, de donde en 1131 fue llevado a Kiev como un obsequio del patriarca de Constantinopla, Lukas Chrysoberges al príncipe Kiev Yury Dolgoruky.

La sagrada imagen recibió el nombre con el que es mundialmente conocida en el año 1154, cuando el príncipe San Andréi I (San Andréi Bogoliubski para la iglesia ortodoxa), lo llevó de Kiev a la ciudad de Vladímir, capital del Principado de Vladímir-Súzdal, donde se entronizó en la Catedral de la Dormición de la Madre de Dios, catedral que el mismo San Andréi hizo edificar y dedicar a la Virgen María, proclamada como Santa Patrona del territorio de Vladímir.

Escrito sobre fondo dorado en un tablón de madera de tilo de casi tres centímetros de grosor, el sagrado icono obedece a la clasificación de la vírgenes eleousas o de la ternura, pues recibe la caricia de su divino Hijo,  quien con su brazo izquierdo envuelve el cuello de su madre para atraerla hacia él a fin de juntar las mejillas de ambos. La Madre, por su parte, con su brazo izquierdo sostiene a Jesús Niño al tiempo que con su mano derecha lo presenta al espectador, hacia quien ella dirige su mirada con orgullo maternal.

La vestimenta de la Virgen consiste en una túnica de color púrpura oscuro con mangas adornadas por filamentos dorados y en un manto que a manera de omophorion cubre su cabeza con las tres estrellas, de las que sólo se ven dos, en referencia a la Santísima Trinidad y a la virginidad perpetua de María antes, durante y después del parto. El niño Jesús viste una túnica dorada con faja ceñida a su cintura. Una característica única que permite identificar fácilmente al icono de la Virgen de Vladímir es que es visible la planta del pie izquierdo del Niñito Jesús, que luce replegado sobre el vientre de su madre.

El icono, que originalmente medía 78 por 55 centímetros, ha sido sometido a cuatro intervenciones que tuvieron por objeto su embellecimiento; la primera, a inicios del siglo XIII; la segunda, a principios del XV; la tercera, en el año 1514 y la cuarta, en 1896. Está bien documentado que la segunda intervención fue hecha personalmente por Andréi Rubliov, quien lo creció a 104 por 70 centímetros mediante ensambles de madera, también de tilo, y quien luego de retocar las sagradas imágenes pintó al temple, en el anverso del icono, un altar con el libro sagrado, sobre el que reposa la paloma del Espíritu Santo y los instrumentos de la Pasión de Cristo: la cruz, la lanza, los clavos, la corona de espinas, la esponja y la caña.

En 1919, el icono volvió a ser intervenido, ahora con el objeto de rescatar en lo posible los elementos originales, por un equipo de restauradores rusos dirigidos por A.I. Anisimov, quien dejó documentado el proceso en sus propias palabras: “Habíamos considerado esencial que todo fragmento de una u otra época que se encontraba en esta obra maestra debía conservarse con sumo cuidado. Por ello, apartábamos estas capas, bajo las que se encontraban otras aún más antiguas, conservando cuidadosamente las capas removidas. De esta forma, cada época se delimitaba precisamente por sí sola, revelando toda la historia del icono”. La intervención permitió descubrir, bajo las distintas capas de los retoques posteriores, la primigenia pintura del icono, que se encontró en buen estado. Los rostros de María y del Niño Jesús y la palma de la mano izquierda de la Virgen, fueron las únicas zonas que se despojaron de todo lo añadido, y que muestran en sí mismas los elementos originales.

La Virgen de Vladímir fue declarada Madre de Rusia por los milagros con los que ha librado a su pueblo de ataques e invasiones, como en 1395, durante el reinado de Basilio I de Moscú, cuando ante la amenaza de invasión por las tropas de Tamerlán, el icono fue trasladado a la Catedral de la Asunción del Kremlin de Moscú para pedirle el milagro; en 1451, cuando en respuesta a sus ruegos, la Virgen liberó a Rusia de las tropas tártaras; y en 1480, cuando se le imploró la liberación de Moscú asediada por el ejército de Khan Ahmat, quien se retiró repentinamente. En memoria de estos tres milagros, la iglesia ortodoxa rusa celebra a la Virgen de Vladímir tres veces al año, el 3 de junio, el 6 de julio y el 8 de septiembre, fechas en las que es sacada de su capilla en la galería Tretiakov, de Moscú, donde se conserva desde 1930 bajo condiciones especiales de conservación.