Pesa sobre México la culpa de la denostación de su Libertador, Agustín de Iturbide, calumniado para ensuciar su amor por la patria a la que le obsequió su independencia. Además de sufrir la calumnia, el auténtico Padre de la Patria, fue víctima de traición y muerte por los propios mexicanos que le quitaron la vida.
El Ritual del sacramento de la Reconciliación propone, como guía para un examen de conciencia, responder con honestidad varias preguntas, clasificadas en tres bloques, a partir de la enseñanza de Jesús en el amor a Dios y al prójimo, a fin de reconocer aquellas acciones u omisiones que nos han apartado de Dios:
El Ritual de la Penitencia propone dos guías para un examen de conciencia. Una, a partir de los Diez Mandamientos; la otra, desde la enseñanza de Jesús en el amor a Dios y al prójimo.
Respondiendo algunas preguntas, a partir del Decálogo, fácilmente se puede tomar conciencia de aquellas acciones u omisiones que nos han apartado de Dios:
A sí como el perdón es la única solución para poner fin al rencor, así la reconciliación es el signo visible de que el perdón ha sido efectivo y el rencor ha quedado subsanado.
Al cabo de años de padecer rencores, es posible llegar a reconocer la necesidad de perdonar, pero así como en diversas ocasiones quien lo padece acaba por reconocer que sí quiere perdonar pero no puede lograrlo; así también se puede lograr perdonar la ofensa aunque se evita cualquier forma de reconciliación con el ofensor.
La veneración a la Virgen María en Inglaterra, como su santa Patrona, se relaciona con la casa de María en Nazaret, con una revelación a una vidente, una experiencia mística de ubicuidad, dos hermosas imágenes sedentes y un santuario edificado por ángeles emplazado en el poblado de Walsingham, condado de Norfolk.
El rencor, que es un sentimiento de hostilidad y de gran resentimiento hacia una persona o grupo a consecuencia de una ofensa o un daño recibido, no es cosa menor porque se trata de un sentimiento negativo que impacta gravemente, pues no se puede estar bien con un fuerte sentimiento de aversión enraizado en la mente y en el corazón.
La apreciación de la vida y de la dignidad humana está siendo desvalorada de manera alarmante luego de que tras la Segunda Guerra Mundial fuese necesario elevarla a un nivel muy alto, entre los valores humanos, mediante la Declaración Universal de los Derechos Humanos, emitida por la ONU el 10 de diciembre de 1948.
La Virgen María se apareció en Cambridge, Inglaterra, el domingo 16 de julio de 1251 a san Simón Stock, Superior General de los Carmelitas, pues su Orden padecía dificultades tras haber tenido que abandonar Tierra Santa al término de las Cruzadas. El Superior imploraba diariamente la maternal protección con estas palabras: “Flor del Carmelo, Viña florida, Esplendor del Cielo, Virgen fecunda y singular, ¡Oh! Madre tierna, intacta de hombre, a los Carmelitas proteja tu nombre, Estrella del mar”.
Dicen que Jesús fue un gran filósofo que supo traducir sus pensamientos en una enseñanza de vida para sus discípulos; es cierto. Y dicen que de las manos de Jesús salían milagros que curaban enfermedades y sanaban emociones con un poder tal que expulsaba a los demonios; también es cierto. Pero dicen algunos que Jesús poseía un poder de seducción tan alto que sus milagros no eran milagros, sino prodigios de sugestión.
En su mensaje publicado el 29 de junio bajo el título Abrazar a nuestro pueblo en su dolor,dirigido a “todos los fieles y personas de buena voluntad que vivimos en México”, los obispos mexicanos se expresan con vigor recuperando la misión del profeta, esa valiente misión que consiste en denunciar el error y la mentira para abrir camino a la verdad.
De las manifestaciones artísticas, dos se vinculan con lo divino: el arte religioso y el arte sacro. El primero, subordinado a la fe y al amor que se siente por Dios, es para la contemplación que suscita la elevación del espíritu y la exaltación de los sentidos; el segundo, es para el culto divino en la celebración de los sacramentos y de la liturgia. Por ende, el arte sacro es cumbre del arte religioso, pues se destina a un fin mayor.
La isla de Malta es pequeña, apenas 27 por 14 kilómetros, pero su historia la hace grande, muy grande, pues en esta isla tuvo lugar la mayor defensa de la cristiandad porque allí, en el centro del mediterráneo, entre Sicilia y el norte de África, se le fijó un límite a la invasión musulmana en el año 1565 cuando, bajo el comando de su gran maestre, Jean Parisot de La Valette, los Caballeros de la Orden de San Juan, resistiendo el sitio establecido por el emperador Solimán, evitaron la incursión sarracena del imperio otomano que, con la flota naval más poderosa de aquel tiempo, quiso invadir a la Europa cristiana.