Es cosa que espanta

 

Hay un día del año que es esperado de manera especial. Mientras más se acerca más alegre se vuelve la espera de ese gran día. Es el 19 de marzo, cuando se celebra la festividad de san José, un día en el que quienes le profesamos devoción y cariño podemos alcanzar infinitas gracias celestiales que él sabe obtenernos.

San José puede conseguirnos favores y milagros porque es el hombre fiel a quien el Señor puso al frente de su familia, y porque a través de su silencio logró asombrar al Padre Eterno cuando aceptó todo lo que en sueños le hizo saber y le encomendó.

Santa Teresa de Jesús, fundadora del Carmelo Descalzo, Orden que tiene por protector a san José, describe en su “Libro de la Vida” sus experiencias con este grande santo cuando refiere que “tomé por abogado y Señor a san José, y encomendeme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores de honra y pérdida de alma, este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo, hasta ahora, haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer”.