Sábado, 20 Abril 2024

San José

Dos amigos: Santa Teresa y San José

 

 

Hace ya algún tiempo que empecé a leer sobre esta gran santa, quien a través de sus escritos me ha enseñado muchas cosas, además de hacerme disfrutar por lo ameno de su forma de escribir. Algo que me llamó la atención desde un principio fue su grande devoción a san José.

Todos en nuestra vida, desde que somos chiquitos y nacemos en el seno de una familia católica, hemos escuchado hablar sobre san José, el papá de Jesús, aunque luego, cuando crecemos, lo olvidamos mucho, un olvido que es triste; pero quien tenga la oportunidad de leer a santa Teresa, además de recuperar el cariño por san José, verá cómo es que ella promueve, con particular elocuencia, su devoción.

La devoción teresiana a san José inició cuando ella tenía 27 años de edad, cuando se encontraba postrada en la cama porque no podía andar, al grado de que a veces se arrastraba por el suelo porque estaba sumamente enferma. Esto le ocurrió cuando vivía en el monasterio de la Encarnación, del que tuvo que salir, abandonando la clausura, para ser curada. Se recurrió a todos los medios posibles en aquella sociedad. Cuando llegó a Ávila, había avanzado a tal extremo su gravedad que se le dio por muerta. Fue en esas circunstancias en las que ella recurrió a san José, y gracias a él su vida fue volviendo a la normalidad poco a poco. Desde ese momento su devoción a san José y su familiaridad con él, marcaron su vida.

Partiendo de su propia realidad es que Teresa nos dejó este testimonio: “Tomé por abogado y señor al glorioso san José, y encomendéme mucho a él. Comencé a hacer devociones de Misas y cosas muy aprobadas de oraciones, y tomé por abogado a san José… y él hizo, como quien es, que pudiese levantarme y andar y no estar tullida” (Libro de la Vida 6).

Desde esta experiencia, tan decisiva en su vida, es que Teresa de Jesús comenzó a recomendar la devoción a san José y su poderosa intercesión. El Esposo de María se convirtió en su abogado, en intercesor de todos sus contratiempos y en personaje familiar y entrañable en el hogar teresiano, con todo y que nunca fue Teresa amiga de pietismos, cosa que sabemos a partir de su afirmación en el Libro de la Vida, cuando escribe: "De devociones bobas nos libre Dios".

Santa Teresa de Jesús, amiga de san José logra que te des cuenta de que él puede ayudarte a alcanzar el Cielo, si así se lo pides.